Extraído de Frases Bielsistas
Marcelo Bielsa llegó puntual. Comenzó la charla, que duraría más de dos horas, diciendo: "Hay demasiada gente para lo que considero que puedo generar. Pero bueno, ya estoy aquí". Su discuro se tituló "Conducción, Normas y Principios".
Algunos de sus conceptos más interesantes fueron los siguientes:
-"Uno debe querer a quien conduce. Por eso hay que incluir al que no protagoniza y entender que los rebeldes no nos desafían, sino que simplemente están informándonos. Lo que no podemos permitir es que (los jugadores) dejen de luchar. El desborde, el desorden, lo que pase está admitido. Los choques, los bailes... Lo que no está permitido es que dejen de luchar. Si luchan por el objetivo de todos, merecen estar".
-"La relación éxito y fracaso ha sido fundamental en mi vida, pero el éxito y la felicidad no funcionan como sinónimos."
Respecto a lo que debe tener un líder, Marcelo explicó: "Cuando entra al vestuario hay una pausa en el murmullo. Cuando habla, hay silencio y cuando con el mismo chiste contado por mí nadie se ríe, con él todos se ríen."
En un momento, el Loco le preguntó al auditorio: "¿Llevamos 40 minutos o 1 hora y 40 minutos?"
Y siguió...
-"El liderazgo se ve en la derrota y el conductor solo es bueno si ha superado la adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de observación de las cosas."
Para terminar, explicó qué es lo que hay que hacer con los jugadores más idóneos dentro de un plantel.
-"El mejor en el fútbol es el que merece licencias. Los mejores son los que están obligados a una sobreentrega y las licencias y los perdones se vinculan con los que no son los mejores. Hay jugadores que son más importantes que otros, pero no les podemos permitir ser imprescindibles. El eje del aprendizaje es la copia. Es mucho más lindo ser creador que imitador, pero los vulgares copiamos."
Todo muy claro y muy interesante. Propio de una persona lúcida e inteligente como lo es Marcelo.
Desde este Blog, celebramos el reconocimiento cada vez mayor que el ex entrenador de la Selección Argentina recibe. Y le damos la bienvenida a todos aquellos que, post 2002, se llenaron la boca con críticas y reproches hacia su persona y su capacidad como técnico. No somos rencorosos. Los perdonamos, no sabían lo que hacían. Y mucho menos lo que se venía.