"Honesto, honesto... Honesto también es mi abuelo y no por eso dirige a la selección." Desde lo más anacrónico del ambiente futbolero se disparaba la máxima para desacreditar, con malicia, uno de los argumentos que sostenían por qué Marcelo Bielsa merecía continuar en su lugar, es decir, al frente del seleccionado argentino de fútbol, después del derrumbe en el Mundial de Corea-Japón 2002.
Seguramente, al simplificar de semejante manera la discusión, no se dejaba margen alguno para entender cómo la honestidad podía convertirse en un valor que se extendía naturalmente de la calidad humana a la profesional y, más todavía, cómo esa misma virtud podía expresarse en el espíritu, en la actitud, en el estilo y también -quizás, por qué no- en los resultados de un equipo.
Seguramente hoy -después de la Copa América, de los Juegos Olímpicos y en plena eliminatoria para Alemania 2006-, cuando se afirma que la Argentina de Marcelo Bielsa es honesta, es posible entender perfectamente de qué se está hablando.
Es honesta porque deja claro que su propuesta, desde la esencia, es salir a ganar, utilizando recursos técnicos históricos de nuestro fútbol y dejando de lado otro tipo de recursos que también nos hicieron famosos en el mundo.
Es honesta porque dedica su tiempo básicamente a jugar, sin perderlo en quejas, reacciones o paranoias que también supieron ser representativos nacionales.
Es honesta porque recuperó un espíritu amateur que pone la camiseta nacional por encima del interés individual de sus integrantes, que arriesgan hasta la millonaria continuidad en sus clubes.
Es honesta porque no recurrió al resentimiento a la hora del festejo. ¿O alguien percibió eso en el eufórico vestuario de Lima? En todos los casos, en los viejos, en los nuevos y también, por supuesto, en el DT, el mensaje fue unánime: "Ojalá que esto sirva para reencontrarnos con la gente".
Después de tres meses de competencia intensa, donde el plantel tuvo una vida más propia de un club que de una selección, es posible hablar de tres jugadores por puesto, sin exclusiones caprichosas y con inclusiones coherentes.
Pocas dudas quedan de que en la columna negativa del balance, el DT habrá incluido, junto con el gol de Adriano y cierto sufrimiento para cerrar los partidos, la sucesión de tarjetas amarillas del último encuentro, que dejarán al equipo sin cuatro hombres fundamentales para el próximo compromiso ante Uruguay.
Pero tampoco deben quedar dudas de lo que se ganó. Y como a los argentinos nos gusta tanto que hablen de nosotros, tal vez lo mejor sea recurrir a un medio extranjero, para evitar influencias. Nadie definió la Argentina de Marcelo Bielsa mejor que el gran periodista español Santiago Segurola, en El País: "Argentina es un equipo de cultura diferente, un equipo que ha ennoblecido al fútbol por muchas cosas. También por su deportividad". Eso.
* Texto de Daniel Arcuchi
Diario La Nacion
Loco..., loco..., loco..., como un acróbata demente...
martes, 10 de junio de 2008
domingo, 1 de junio de 2008
Gracias a l "Loco" Chile crece y cree
Fuente: selecciónchielena.com
La Selección chilena Sub 23 dejó una estela de comentarios positivos tras la 36ª edición del Torneo “Esperanzas” de Toulon. No sólo por el subtítulo que fue, en rigor, el premio de consuelo tras su gran campaña y la derrota 1-0 ante Italia, sino también por su fútbol y las figuras individuales que mostró a lo largo de los partidos del certamen.
En las libretas de apuntes del centenar de veedores y representantes de clubes que asistieron al campeonato quedaron inscritos los nombres de varios jugadores chilenos que, probablemente, proseguirán sus carreras en equipos europeos.
Por ejemplo, Carlos Villanueva, que partiría próximamente a un equipo español y Carlos Carmona, que continuaría en un cuadro italiano.
Además, en el balance del torneo quedan los premios recibidos por los chilenos: la distinción al segundo mejor jugador y el mejor gol del campeonato, conquistado por Pedro Morales frente a Costa de Marfil, entre otros galardones.
También la página oficial del Festival Espoirs de Toulon calificó a Morales como “un magnífico jugador” y bautizó a Fabián Orellana como “le danseur” (el bailarín) de Chile.
Aún sin sus mejores valores de la categoría, pues Matías Fernández, Arturo Vidal y Alexis Sánchez estaban actuando por sus clubes respectivos, Chile logró conformar un cuadro muy competitivo y el seleccionador Marcelo Bielsa le imprimió un estilo elogiado por todos.
La Selección chilena Sub 23 dejó una estela de comentarios positivos tras la 36ª edición del Torneo “Esperanzas” de Toulon. No sólo por el subtítulo que fue, en rigor, el premio de consuelo tras su gran campaña y la derrota 1-0 ante Italia, sino también por su fútbol y las figuras individuales que mostró a lo largo de los partidos del certamen.
En las libretas de apuntes del centenar de veedores y representantes de clubes que asistieron al campeonato quedaron inscritos los nombres de varios jugadores chilenos que, probablemente, proseguirán sus carreras en equipos europeos.
Por ejemplo, Carlos Villanueva, que partiría próximamente a un equipo español y Carlos Carmona, que continuaría en un cuadro italiano.
Además, en el balance del torneo quedan los premios recibidos por los chilenos: la distinción al segundo mejor jugador y el mejor gol del campeonato, conquistado por Pedro Morales frente a Costa de Marfil, entre otros galardones.
También la página oficial del Festival Espoirs de Toulon calificó a Morales como “un magnífico jugador” y bautizó a Fabián Orellana como “le danseur” (el bailarín) de Chile.
Aún sin sus mejores valores de la categoría, pues Matías Fernández, Arturo Vidal y Alexis Sánchez estaban actuando por sus clubes respectivos, Chile logró conformar un cuadro muy competitivo y el seleccionador Marcelo Bielsa le imprimió un estilo elogiado por todos.
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